Venga que no le dais vidilla a esto. Os pongo un par cortitos y perdonar las mayúsculas, pero el copia-pega es lo que tiene, jejeje.
UN LADRÓN ENTRÓ A UNA CASA CON SU LINTERNA EN LA MANO
CUANDO ESTABA REBUSCANDO POR LA COCINA Y EL COMEDOR, EN BUSCA DE OBJETOS DE VALOR, ESCUCHÓ UNA VOZ EXTRAÑA COMO DE ULTRATUMBA QUE LE DECÍA:
- "Dios Y JESÚS TE ESTÁN MIRANDO"
EL LADRÓN SOBRESALTADO, APAGÓ LA LINTERNA Y EN ESE MOMENTO EMPEZÓ A ACORDARSE DE TODO.
SIN SABER SI ERAN LOS NERVIOS QUE LO TRAICIONABAN, O QUÉ...
-"¡¡Dios Y JESÚS TE ESTÁN MIRANDO!!"
VOLVIÓ A ESCUCHAR... ENCENDIÓ NUEVAMENTE LA LINTERNA Y VIO A UN LORO ARRIBA DE UN PALO, QUE LE REPITIÓ...
-"Dios Y JESÚS TE ESTÁN MIRANDO"
AL LADRÓN LE VINO EL ALMA AL CUERPO...
-"LORO DE MIERDA , ME ASUSTASTE... ¿DE DÓNDE SALISTE?"
-"SOY MOISES"... CONTESTÓ EL LORO.
-"HIJO DE P..A ¿QUIÉN FUE EL QUE TE PUSO MOISES?"
-"EL MISMO TARAD0 QUE LE PUSO "Dios Y JESÚS" A LOS DOS ROTTWEILLER QUE ESTÁN DETRÁS TUYO Y, QUE YA TE AVISÉ QUE TE ESTÁN MIRANDO". . .
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Vejez
Dos hombres ya maduros (es decir, dos ancianos), hablan sobre el envejecimiento, y uno le dice al otro:
- La peor parte se la llevan nuestras mujeres, y además ellas se niegan a admitir que envejecen y tratan siempre de esconder sus achaques.
- Tienes mucha razón, pero he encontrado un buen truco para hacerles ver sus discapacidades a través de un sencillo juego:
Así, si quieres saber si tu mujer empieza a quedarse sorda, colócate a 10 metros de ella y hazle una pregunta. Después, cuando veas que no te responde, acércate a 5 metros . Después a 2 metros , y después a 1 metro . Y entonces no le quedará más remedio que aceptar que se está quedando sorda...
El otro encuentra la idea muy buena y cuando vuelve a casa se coloca a 10 metros de su mujer y le pregunta con voz fuerte:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta. Entonces se acerca a 5 metros y le pregunta de nuevo:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
No recibe respuesta tampoco, por lo que se acerca a 2 metros y le vuelve a preguntar:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
Sigue sin recibir respuesta.
El tipo, divertido por el funcionamiento del truco de su amigo, se aproxima a apenas un metro y grita:
- Cariño, ¿qué hay de cena?
Su mujer se gira y le dice, con cara de exasperación:
- Te lo digo por cuarta vez, gilipollas, ¡¡¡ sopa y croquetas !!!
Saludos.