Comparativa: Laguna 2.0 dCi 175 contra C5 2.2 HDi 173
MensajePublicado:02 Ene 2008, 16:32
En esta ocasión enfrentamos a dos berlinas francesas de altura, equipadas con sus motores diesel más potentes, de 173 CV. Dos maneras de concebir las berlinas parecidas en el fondo, pero no en las maneras. En ambos casos, hablamos de versiones tope de gama: Luxe Privilege en el Laguna y Exclusive en Citroën. Descubrámoslos:
Exterior
Los dos contendientes son actualizaciones de sus primeras versiones, comercializadas desde el principio del milenio. Se encuentran en el apogeo de su vida comercial, pues sus sustitutos no andan lejos, sobre todo el del Laguna, que será presentado a mediados de Junio. El Laguna analizado es familiar (Grand Tour), pero no es especialmente relevante, ya que este análisis está centrado sobre todo en las plantas motrices. Además, la diferencia entre ambos es sutil, como podremos ver más adelante.
Empecemos por el Laguna.
El heredero de la primera berlina que obtuvo las 5 estrellas EuroNCAP tuvo un rejuvenecimiento considerable a mediados de 2005, para aguantar hasta el relevo –que está al caer– y mejorar la aerodinámica. A pesar del tiempo transcurrido, el diseño sigue estando al día con retoques de la parrilla frontal, los grupos ópticos, etc. Las barras en el techo –función práctica aparte– estilizan su figura de familiar, aunque tienen el problema de que aumentan el consumo respecto a un modelo que no las monta. Habrá quien piense que la carrocería familiar es más atractiva que la berlina por criterios totalmente estéticos, entre los que me incluyo.
Su rival, el C5, aguantará en el mercado un poco más; su relevo se presentará seguramente en el Salón de Francfurt este otoño. Adoptó un frontal más acorde al “estilo C4” para modernizar su aspecto, grupos ópticos traseros nuevos, etc. antes que el Laguna, finales de 2004. Exteriormente, este modelo diesel tope de gama no se distingue del 2.0 HDi en el mismo acabado, hasta las llantas son del mismo diseño.
Lo mismo le pasa al Laguna, que con la inscripción “2.0 dCi” en los laterales no se distingue del modelo de 150 CV. Son pues berlinas que no buscan la ostentación por su potencia, y como vamos a ver más adelante, en comportamiento no son elecciones deportivas.
El C5 berlina tiene un fallo que no tiene el Laguna berlina, y es que falta un limpialuneta trasero. A velocidad baja y media, la visibilidad se compromete. Muchas berlinas de alta gama siguen teniendo este defecto.
Interior
Renault decidió romper ciertas reglas en su diseño interior, como por ejemplo la adopción del freno de estacionamiento eléctrico, la tarjeta en vez de llaves y el arranque por botón. Las mejoras son evidentes: ganancia de espacio, mejora de la seguridad pasiva (*) y arranque optimizado (precalienta, después arranca). En la versión comentada, tenemos una rueda giratoria como BMW tiene su iDrive y Audi su MMI. Se ubica donde antaño estaba el freno de mano, y anula un espacio dedicado a posavasos en versiones más sencillas.
Al igual que en los alemanes, hay que acostumbrarse a su manejo y saberse los menús de memoria, de lo contrario es un elemento potencialmente distractor y mejor que lo manipule el copiloto.
Nos hallamos ante un interior bien construido, de buena apariencia visual y materiales escogidos correctamente. El confort para conductor y copiloto es notable, está bien resuelto. No es oro todo lo que reluce, por que el interior del Laguna, ya sea berlina o familiar, tiene déficit de espacio en las plazas traseras, sobre todo relativo a espacio para la cabeza. Un adulto de 1’80 está a punto de rozar la cabeza con el imperial del techo (con pelo rapado) y en la plaza central (de respaldo muy duro) una persona de 1’65 tiene el mismo problema. Por lo tanto, el Laguna no es apto para pasajeros altos en estas plazas.
Otro aspecto negativo del Laguna es la ubicación de determinados mandos. El botón selector de regulador/limitador se encuentra tapado tras el volante (al tacto podemos desconectar el ESP, que está al lado), y la rueda giratoria de la consola central tiene botones que obligan a quitar totalmente la vista de la carretera. Eso sí, el control de voz soluciona parcialmente ese problema, pero conviene estar familiarizado con las órdenes posibles par no ir “charlando” con el ordenador y distraernos de nuestra responsabilidad al conducir, aunque la pantalla principal nos deje ver las opciones posibles.
¿Qué pasa con el C5? Su concepción es más clásica, basta con ver el volante, más contemporáneo del Xsara o Xantia que del C4 o C2. Llave normal y freno de estacionamiento clásico; menos confortable que el Renault en este aspecto. Para el gobierno de su sistema multimedia (climatizador, audio, teléfono, GPS…) se usan controles frontales, más visibles que los del Laguna, pero se juntan varios botones en el mismo lugar y la solución no termina de convencer. Quizás la próxima generación integre algunos de esos botones en el volante, como ya hace el C4. La zona que bordea la pantalla impide la correcta visión de algunas informaciones, como la hora de llegada usando el navegador (las esquinas inferiores).
Acelerando con brusquedad se notan cabeceos en la carrocería debidos al tarado de la suspensión, a su oponente no se le nota tanto. La dirección tiene mejor tacto, pero también tiene cierta desmultiplicación. Un par de apuntes sobre la instrumentación: el C5 informa además de la carga de la batería y la temperatura del aceite. Además es posible anular la iluminación de toda la instrumentación menos el velocímetro, como en los Saab.
El C5 tiene la ventaja de poder variar la altura de su suspensión dependiendo de la velocidad. Tiene cuatro posiciones: baja (<10 Km/h), media (0-222 Km/h), media-alta (<40 Km/h) y alta (<10 Km/h), superados los límites se reajusta solo. Así se facilita la carga/descarga o el paso por zonas como frecuentes guardas dormidos o incluso una pista fuera de asfalto con ciertas irregularidades, pero que no requiera un todocamino. Con el botón “Sport” se puede endurecer levemente el tarado y el comportamiento del coche mejora un poco en condiciones exigentes, transmitiendo más información sobre el asfalto. La diferencia no es tan acusada como el SportSwitch del Opel Vectra.
Los dos modelos tienen una frenada convincente y segura, lo que sumado a las ayudas electrónicas, que incluyen ESP en los dos casos, les permite garantizar una buena seguridad activa en condiciones generales. Si queremos más seguridad a ritmos ligeros, tenemos que pensar en otro tipo de berlinas. ¿Para qué pues 173 caballos si no buscan dinamismo? Pues para hacer adelantamientos más seguros y para acusar menos el efecto de la carga. Quien vaya a conducir casi siempre solo se planteará si le interesa pagar 2.000 y pico euros de más por 30 caballos adicionales.
En un país como Alemania, donde hay vías de alta velocidad, tendría más sentido el aumento de potencia. El consumo varía muy poco a pesar de todo, menos de un litro, comparando con el 2.0 dCi de 150 CV o el 2.0 HDi de 136 CV. Lo cierto es que esas dos últimas motorizaciones son las más recomendables, aun para cruzar la Península a 130 Km/h de crucero con el coche cargado (dentro de sus límites).
En resumidas cuentas, dos modelos pensados para viajar en familia, donde se piden prestaciones pero sin uso deportivo. Si el confort es la prioridad principal, el C5 sale vencedor, pero si queremos un término medio entre efectividad y confort, el Laguna es más interesante
Vistos sus exteriores e interiores, y comentadas las mecánicas, ahora vamos a ver consideraciones acerca del equipamiento de estas dos berlinas y la capacidad que tienen de protegernos de los accidentes (seguridad activa y pasiva). Recordemos que se trata de dos acabados tope de gama: C5 Exclusive y Laguna Luxe Privilege.
Equipamiento
Nuestros contendientes están próximos a los 30.000 euros de tarifa. El Laguna es más barato a igualdad de carrocería por casi 2.000 euros de diferencia, lo que ondría en desventaja al Citroën si no tenemos en cuenta su mayor equipamiento de serie.
En carrocería berlina, con los motores comentados y los equipamientos recién mencionados el Laguna cuesta 26.940 € y el C5 28.897 € incluyendo el descuento promocional. Si hablamos de las versiones familiares, el Laguna sube hasta los 27.840 € y el C5 se pone en 29.837 €. Como vemos, el cambio de carrocería sube el precio al Laguna en 900 euros y al C5 le sube 940 euros. El Laguna familiar sigue siendo más económico que el C5 berlina.
Estamos hablando de niveles de equipamiento muy altos que incluyen todo lo que podemos necesitar y más, como climatizador automático bizona, cierre centralizado, ordenador de abordo, luces antiniebla, faros de xenón, asistencia al aparcamiento (delantera también en el C5), sensor de luces y lluvia, cargador de 6 CDs, llantas de aleación y un largo etcétera. Las unidades mostradas en las fotos tenían algunos extras adicionales. Vamos a ver qué posibilidades tenemos con cada fabricante:
El Laguna familiar permite la instalación de Airbag laterales traseros (298 307,50 €), alfombrillas (106 €), asientos calefactados (183 €), parabrisas trasero sobretintado (442 €), red de separación vertical (útil para perro, 106 €), tapicería de cuero (1.586 €), techo solar eléctrico (más grande que el del Citroën, 937 €), barras de techo (288 €), pintura metalizada (432 €), etc.
Por su parte, el C5 tiene entre sus extras la tapicería de cuero (1.561 €), el techo eléctrico (876 €), pintura metalizada (sin coste), cristales laminados insonorizantes incluidos en un pack... Tenemos que tener en cuenta que los faros del C5 son bixenón con iluminación en curva, su radar de aparcamiento es doble y con pantalla (permite aparcar en un folio si queremos), entre otros; y son opciones que el Laguna no contempla. El C5 es más caro, pero está un poco mejor equipado. La bersión Break del C5 trae de serie las barras longitudinales en el techo.
Otros sistemas merecen mención aparte. Ambos modelos traen de serie una radio-CD con cargador de 6 discos y numerosos altavoces, y permiten interesantes ampliaciones. Si queremos navegador en el Laguna, hay que pagar 1.153 euros más es gratis, e incluye un teléfono con Bluetooth. Renunciando al navegador se reembolsan 960,94 euros. Si sólo queremos el Bluetooth, el coste es de 480 euros. Ojo, la inclusión del navegador inutiliza el compartimento cerrado bajo la posición de la pantalla, justo encima de la radio-CD.
En el C5, el navegador cuesta casi el doble (2.185 €) e incluye disco duro y teléfono interno, que necesita un duplicado de la tarjeta SIM. Si queremos la función Bluetooth, hay que desembolsar otros 203 euros más. Si además del navegador y teléfono queremos altavoces JBL y cristales laminados, otros 1.000 euros. El C5 no lee MP3 desde los discos del cargador, exige sacar el disco DVD del navegador; el Laguna lee MP3 en cualquier ranura.
En resumidas cuentas, un Laguna Luxe Privilege familiar “full equipe” sale por 33.433 34.443,54 € y un C5 Exclusive “full equipe” sale por 34.404 €.
Seguridad
En los dos coches analizados, la seguridad es algo muy importante. Sus respectivos equipamientos de elementos de seguridad activa y pasiva son toda una garantía en caso de accidente, y están avalados por 5 estrellas EuroNCAP, por encima de la serie 5 de BMW o el Honda Accord. Fueron de los primeros en su segmento que lograron dicha calificación, sobre todo el Laguna, que inició la “moda”.
El Laguna cuenta de serie con lo siguiente: airbags frontales, laterales delanteros y de cabeza (delanteros y traseros), siendo los laterales traseros un extra de 307,50 euros. Tiene 5 cinturones de seguridad con sus respectivos cabeceros, las plazas delanteras con chivato de abrochado. Todos los cinturones tienen limitadores de fuerza y pretensores, importantes para disminuir las lesiones en un choque serio. El ISOFIX es de serie en las plazas laterales traseras.
En marcha nos protege con los frenos ABS, ayuda a la frenada de emergencia SAFE, distribución electrónica de frenada EBV (enciende intermitentes si la frenada es fuerte), control de tracción ASR y control de estabilidad ESP (cuyo funcionamiento es impecable) mas el control de presión en los neumáticos, para que no nos pille de sorpresa ningún pinchazo.
En cuanto al Citroën C5, toda su dotación de seguridad es de serie. Tenemos los siguientes airbags: rodilla conductor, frontales (adaptables), laterales delanteros, de cabeza delanteros y traseros. Sus 5 cinturones de seguridad tienen pretensor y limitador de esfuerzo delante, sin pretensores los traseros. Un punto muy favorable al C5 es que tiene chivatos de abrochado en las 5 plazas, no solo las delanteras.
En marcha dispone de estos sistemas: ABS, ayuda a la frenada de urgencia, control de tracción y estabilidad, detección de neumáticos poco inflados y un sistema ausente en el Laguna: el avisador de cambio involuntario de carril.
A partir de cierta velocidad (fuera de poblado), si atravesamos una línea contínua o discontínua sin haber accionado el intermitente, el asiento nos da un meneo en la parte del trasero más próxima al “despiste”. Útil para evitar quedarse dormido o para perder la mala costumbre de cambiar de carril en autopista sin avisar a los demás (hecho sancionable), aunque puede desconectarse. Es un sistema efectivo, porque incluso en la más absoluta oscuridad es capaz de detectar las marcas viales.
La conclusión a la que podemos llegar es que prácticamente empatan de nuevo, pero el C5 obtiene ventaja por sus 5 avisadores y el avisador de cambio involuntario de carril. Según EuroNCAP el C5 es más seguro en caso de colisión frontal y el Laguna en colisión lateral.
Última etapa de esta comparativa. Haciendo balance de todo lo que nos ofrecen ambos coches y contando sus debilidades, es difícil establecer un vencedor claro. La diferencia es mínima, por medio punto. ¿Cuál crees que ganará? Sigue leyendo…
Valoración general
No puedo hablar de un ganador y un perdedor, ya que no hay grandes diferencias. Los criterios personales pesan mucho en una decisión así, donde los dos modelos tienen muchas similitudes y hablamos de precio y comportamiento muy parecido.
En mi opinión, el C5 queda ligeramente por encima, valorando por encima del empate las innovaciones en seguridad que el Laguna no tiene, el confort que ofrece a todos los pasajeros aunque sean altos y el volumen superior de carga. Sí, es más caro aun con descuento, pero hay que verlo desde una perspectiva general. Luego puede ayudar en la decisión la estética o el comportamiento deseado en marcha. Eso ya no es cosa mía.
Ahora bien, conviene considerar si realmente 173 CV nos hacen falta o si las motorizaciones diesel de 136/150 CV, inmediatamente inferiores, son las que necesitamos. Recomiendo elegir las motorizaciones medias, por que las básicas van un poco justas y las analizadas tal vez sean superiores a nuestras necesidades reales.
En pocas palabras
Renault Laguna
A favor: Terminación aparentemente mejor, rendimiento del motor, empuje a altas RPM, comportamiento en general, más económico
En contra: Control multimedia potencialmente distractor, habitabilidad en plazas traseras, respuesta a bajas RPM pobre
Puntuación final: 8/10
Citroën C5
A favor: Confort para todos los pasajeros, mayor volumen de carga, suspensión Hidractiva, DPF más longevo, equipamiento de seguridad superior
En contra: Falta limpialuneta trasero, concentración de botones en consola central, diseño de la pantalla, agarre en determinadas situaciones
Puntuación final: 8,5/10
Ficha técnica
Renault Laguna 2.0 dCi 175 (berlina/familiar)
Cilindrada: 1.995 cm³
Motor: 4 cilindros transversales (175 CV)
Par máximo: 360 Nm CEE a 1.750 RPM
Peso tara: 1.430 / 1.465 Kg.
Velocidad máxima: 225 / 222 Km/h
Aceleración de 0 a 100 Km/h: 8,4 / 8,6 s
Transmisión: Manual de 6 velocidades
Consumo urbano: 7,9 / 8 l/100 Km
Consumo extraurbano: 5 / 5,2 l/100 Km
Consumo mixto: 6 / 6,2 l/100 Km
Combustible: Gasóleo
Capacidad del depósito: 68 litros
Capacidad del maletero: 430 / 475 litros – 1.340 / 1.515 litros (asientos abatidos)
Neumáticos: 205/55 R 16 – 6,5 J 16”
Citroën C5 2.2 HDi 173 (berlina/familiar)
Cilindrada: 2.179 cm³
Motor: 4 cilindros transversales (173 CV)
Par máximo: 370 Nm CEE a 1.500 RPM
Peso en orden de marcha: 1.651 / 1.685 Kg.
Velocidad máxima: 222 / 217 Km/h
Aceleración de 0 a 100 Km/h: 8,5 / 8,7 s
Transmisión: Manual de 6 velocidades
Consumo urbano: 8,1 / 8,2 l/100 Km
Consumo extraurbano: 5,0 / 5,1 l/100 Km
Consumo mixto: 6,1 / 6,2 l/100 Km
Combustible: Gasóleo
Capacidad del depósito: 67 litros
Capacidad del maletero: 471 / 563 litros – 1.249 / 1.658 litros (asientos abatidos)
Neumáticos: 215/55 R16
Precios
Versiones probadas
Renault Laguna Grand Tour 2.0 dCi 175 Privilege: 27.840 €
Citroën C5 2.2 HDi 173 Exclusive: 28.897€
A continuación, las posibilidades más cercanas con motor de gasolina.
Alternativas en gasolina
Renault Laguna Grand Tour 2.0 T 16v (170 CV) Privilege: 25.500 €
Citroën C5 2.0i 16v (143 CV) Exclusive: 24.857 €
Citroën C5 3.0i V6 (210 CV) C.A.S. Exclusive: 32.157 €
Exterior
Los dos contendientes son actualizaciones de sus primeras versiones, comercializadas desde el principio del milenio. Se encuentran en el apogeo de su vida comercial, pues sus sustitutos no andan lejos, sobre todo el del Laguna, que será presentado a mediados de Junio. El Laguna analizado es familiar (Grand Tour), pero no es especialmente relevante, ya que este análisis está centrado sobre todo en las plantas motrices. Además, la diferencia entre ambos es sutil, como podremos ver más adelante.
Empecemos por el Laguna.
El heredero de la primera berlina que obtuvo las 5 estrellas EuroNCAP tuvo un rejuvenecimiento considerable a mediados de 2005, para aguantar hasta el relevo –que está al caer– y mejorar la aerodinámica. A pesar del tiempo transcurrido, el diseño sigue estando al día con retoques de la parrilla frontal, los grupos ópticos, etc. Las barras en el techo –función práctica aparte– estilizan su figura de familiar, aunque tienen el problema de que aumentan el consumo respecto a un modelo que no las monta. Habrá quien piense que la carrocería familiar es más atractiva que la berlina por criterios totalmente estéticos, entre los que me incluyo.
Su rival, el C5, aguantará en el mercado un poco más; su relevo se presentará seguramente en el Salón de Francfurt este otoño. Adoptó un frontal más acorde al “estilo C4” para modernizar su aspecto, grupos ópticos traseros nuevos, etc. antes que el Laguna, finales de 2004. Exteriormente, este modelo diesel tope de gama no se distingue del 2.0 HDi en el mismo acabado, hasta las llantas son del mismo diseño.
Lo mismo le pasa al Laguna, que con la inscripción “2.0 dCi” en los laterales no se distingue del modelo de 150 CV. Son pues berlinas que no buscan la ostentación por su potencia, y como vamos a ver más adelante, en comportamiento no son elecciones deportivas.
El C5 berlina tiene un fallo que no tiene el Laguna berlina, y es que falta un limpialuneta trasero. A velocidad baja y media, la visibilidad se compromete. Muchas berlinas de alta gama siguen teniendo este defecto.
Interior
Renault decidió romper ciertas reglas en su diseño interior, como por ejemplo la adopción del freno de estacionamiento eléctrico, la tarjeta en vez de llaves y el arranque por botón. Las mejoras son evidentes: ganancia de espacio, mejora de la seguridad pasiva (*) y arranque optimizado (precalienta, después arranca). En la versión comentada, tenemos una rueda giratoria como BMW tiene su iDrive y Audi su MMI. Se ubica donde antaño estaba el freno de mano, y anula un espacio dedicado a posavasos en versiones más sencillas.
Al igual que en los alemanes, hay que acostumbrarse a su manejo y saberse los menús de memoria, de lo contrario es un elemento potencialmente distractor y mejor que lo manipule el copiloto.
Nos hallamos ante un interior bien construido, de buena apariencia visual y materiales escogidos correctamente. El confort para conductor y copiloto es notable, está bien resuelto. No es oro todo lo que reluce, por que el interior del Laguna, ya sea berlina o familiar, tiene déficit de espacio en las plazas traseras, sobre todo relativo a espacio para la cabeza. Un adulto de 1’80 está a punto de rozar la cabeza con el imperial del techo (con pelo rapado) y en la plaza central (de respaldo muy duro) una persona de 1’65 tiene el mismo problema. Por lo tanto, el Laguna no es apto para pasajeros altos en estas plazas.
Otro aspecto negativo del Laguna es la ubicación de determinados mandos. El botón selector de regulador/limitador se encuentra tapado tras el volante (al tacto podemos desconectar el ESP, que está al lado), y la rueda giratoria de la consola central tiene botones que obligan a quitar totalmente la vista de la carretera. Eso sí, el control de voz soluciona parcialmente ese problema, pero conviene estar familiarizado con las órdenes posibles par no ir “charlando” con el ordenador y distraernos de nuestra responsabilidad al conducir, aunque la pantalla principal nos deje ver las opciones posibles.
¿Qué pasa con el C5? Su concepción es más clásica, basta con ver el volante, más contemporáneo del Xsara o Xantia que del C4 o C2. Llave normal y freno de estacionamiento clásico; menos confortable que el Renault en este aspecto. Para el gobierno de su sistema multimedia (climatizador, audio, teléfono, GPS…) se usan controles frontales, más visibles que los del Laguna, pero se juntan varios botones en el mismo lugar y la solución no termina de convencer. Quizás la próxima generación integre algunos de esos botones en el volante, como ya hace el C4. La zona que bordea la pantalla impide la correcta visión de algunas informaciones, como la hora de llegada usando el navegador (las esquinas inferiores).
Acelerando con brusquedad se notan cabeceos en la carrocería debidos al tarado de la suspensión, a su oponente no se le nota tanto. La dirección tiene mejor tacto, pero también tiene cierta desmultiplicación. Un par de apuntes sobre la instrumentación: el C5 informa además de la carga de la batería y la temperatura del aceite. Además es posible anular la iluminación de toda la instrumentación menos el velocímetro, como en los Saab.
El C5 tiene la ventaja de poder variar la altura de su suspensión dependiendo de la velocidad. Tiene cuatro posiciones: baja (<10 Km/h), media (0-222 Km/h), media-alta (<40 Km/h) y alta (<10 Km/h), superados los límites se reajusta solo. Así se facilita la carga/descarga o el paso por zonas como frecuentes guardas dormidos o incluso una pista fuera de asfalto con ciertas irregularidades, pero que no requiera un todocamino. Con el botón “Sport” se puede endurecer levemente el tarado y el comportamiento del coche mejora un poco en condiciones exigentes, transmitiendo más información sobre el asfalto. La diferencia no es tan acusada como el SportSwitch del Opel Vectra.
Los dos modelos tienen una frenada convincente y segura, lo que sumado a las ayudas electrónicas, que incluyen ESP en los dos casos, les permite garantizar una buena seguridad activa en condiciones generales. Si queremos más seguridad a ritmos ligeros, tenemos que pensar en otro tipo de berlinas. ¿Para qué pues 173 caballos si no buscan dinamismo? Pues para hacer adelantamientos más seguros y para acusar menos el efecto de la carga. Quien vaya a conducir casi siempre solo se planteará si le interesa pagar 2.000 y pico euros de más por 30 caballos adicionales.
En un país como Alemania, donde hay vías de alta velocidad, tendría más sentido el aumento de potencia. El consumo varía muy poco a pesar de todo, menos de un litro, comparando con el 2.0 dCi de 150 CV o el 2.0 HDi de 136 CV. Lo cierto es que esas dos últimas motorizaciones son las más recomendables, aun para cruzar la Península a 130 Km/h de crucero con el coche cargado (dentro de sus límites).
En resumidas cuentas, dos modelos pensados para viajar en familia, donde se piden prestaciones pero sin uso deportivo. Si el confort es la prioridad principal, el C5 sale vencedor, pero si queremos un término medio entre efectividad y confort, el Laguna es más interesante
Vistos sus exteriores e interiores, y comentadas las mecánicas, ahora vamos a ver consideraciones acerca del equipamiento de estas dos berlinas y la capacidad que tienen de protegernos de los accidentes (seguridad activa y pasiva). Recordemos que se trata de dos acabados tope de gama: C5 Exclusive y Laguna Luxe Privilege.
Equipamiento
Nuestros contendientes están próximos a los 30.000 euros de tarifa. El Laguna es más barato a igualdad de carrocería por casi 2.000 euros de diferencia, lo que ondría en desventaja al Citroën si no tenemos en cuenta su mayor equipamiento de serie.
En carrocería berlina, con los motores comentados y los equipamientos recién mencionados el Laguna cuesta 26.940 € y el C5 28.897 € incluyendo el descuento promocional. Si hablamos de las versiones familiares, el Laguna sube hasta los 27.840 € y el C5 se pone en 29.837 €. Como vemos, el cambio de carrocería sube el precio al Laguna en 900 euros y al C5 le sube 940 euros. El Laguna familiar sigue siendo más económico que el C5 berlina.
Estamos hablando de niveles de equipamiento muy altos que incluyen todo lo que podemos necesitar y más, como climatizador automático bizona, cierre centralizado, ordenador de abordo, luces antiniebla, faros de xenón, asistencia al aparcamiento (delantera también en el C5), sensor de luces y lluvia, cargador de 6 CDs, llantas de aleación y un largo etcétera. Las unidades mostradas en las fotos tenían algunos extras adicionales. Vamos a ver qué posibilidades tenemos con cada fabricante:
El Laguna familiar permite la instalación de Airbag laterales traseros (298 307,50 €), alfombrillas (106 €), asientos calefactados (183 €), parabrisas trasero sobretintado (442 €), red de separación vertical (útil para perro, 106 €), tapicería de cuero (1.586 €), techo solar eléctrico (más grande que el del Citroën, 937 €), barras de techo (288 €), pintura metalizada (432 €), etc.
Por su parte, el C5 tiene entre sus extras la tapicería de cuero (1.561 €), el techo eléctrico (876 €), pintura metalizada (sin coste), cristales laminados insonorizantes incluidos en un pack... Tenemos que tener en cuenta que los faros del C5 son bixenón con iluminación en curva, su radar de aparcamiento es doble y con pantalla (permite aparcar en un folio si queremos), entre otros; y son opciones que el Laguna no contempla. El C5 es más caro, pero está un poco mejor equipado. La bersión Break del C5 trae de serie las barras longitudinales en el techo.
Otros sistemas merecen mención aparte. Ambos modelos traen de serie una radio-CD con cargador de 6 discos y numerosos altavoces, y permiten interesantes ampliaciones. Si queremos navegador en el Laguna, hay que pagar 1.153 euros más es gratis, e incluye un teléfono con Bluetooth. Renunciando al navegador se reembolsan 960,94 euros. Si sólo queremos el Bluetooth, el coste es de 480 euros. Ojo, la inclusión del navegador inutiliza el compartimento cerrado bajo la posición de la pantalla, justo encima de la radio-CD.
En el C5, el navegador cuesta casi el doble (2.185 €) e incluye disco duro y teléfono interno, que necesita un duplicado de la tarjeta SIM. Si queremos la función Bluetooth, hay que desembolsar otros 203 euros más. Si además del navegador y teléfono queremos altavoces JBL y cristales laminados, otros 1.000 euros. El C5 no lee MP3 desde los discos del cargador, exige sacar el disco DVD del navegador; el Laguna lee MP3 en cualquier ranura.
En resumidas cuentas, un Laguna Luxe Privilege familiar “full equipe” sale por 33.433 34.443,54 € y un C5 Exclusive “full equipe” sale por 34.404 €.
Seguridad
En los dos coches analizados, la seguridad es algo muy importante. Sus respectivos equipamientos de elementos de seguridad activa y pasiva son toda una garantía en caso de accidente, y están avalados por 5 estrellas EuroNCAP, por encima de la serie 5 de BMW o el Honda Accord. Fueron de los primeros en su segmento que lograron dicha calificación, sobre todo el Laguna, que inició la “moda”.
El Laguna cuenta de serie con lo siguiente: airbags frontales, laterales delanteros y de cabeza (delanteros y traseros), siendo los laterales traseros un extra de 307,50 euros. Tiene 5 cinturones de seguridad con sus respectivos cabeceros, las plazas delanteras con chivato de abrochado. Todos los cinturones tienen limitadores de fuerza y pretensores, importantes para disminuir las lesiones en un choque serio. El ISOFIX es de serie en las plazas laterales traseras.
En marcha nos protege con los frenos ABS, ayuda a la frenada de emergencia SAFE, distribución electrónica de frenada EBV (enciende intermitentes si la frenada es fuerte), control de tracción ASR y control de estabilidad ESP (cuyo funcionamiento es impecable) mas el control de presión en los neumáticos, para que no nos pille de sorpresa ningún pinchazo.
En cuanto al Citroën C5, toda su dotación de seguridad es de serie. Tenemos los siguientes airbags: rodilla conductor, frontales (adaptables), laterales delanteros, de cabeza delanteros y traseros. Sus 5 cinturones de seguridad tienen pretensor y limitador de esfuerzo delante, sin pretensores los traseros. Un punto muy favorable al C5 es que tiene chivatos de abrochado en las 5 plazas, no solo las delanteras.
En marcha dispone de estos sistemas: ABS, ayuda a la frenada de urgencia, control de tracción y estabilidad, detección de neumáticos poco inflados y un sistema ausente en el Laguna: el avisador de cambio involuntario de carril.
A partir de cierta velocidad (fuera de poblado), si atravesamos una línea contínua o discontínua sin haber accionado el intermitente, el asiento nos da un meneo en la parte del trasero más próxima al “despiste”. Útil para evitar quedarse dormido o para perder la mala costumbre de cambiar de carril en autopista sin avisar a los demás (hecho sancionable), aunque puede desconectarse. Es un sistema efectivo, porque incluso en la más absoluta oscuridad es capaz de detectar las marcas viales.
La conclusión a la que podemos llegar es que prácticamente empatan de nuevo, pero el C5 obtiene ventaja por sus 5 avisadores y el avisador de cambio involuntario de carril. Según EuroNCAP el C5 es más seguro en caso de colisión frontal y el Laguna en colisión lateral.
Última etapa de esta comparativa. Haciendo balance de todo lo que nos ofrecen ambos coches y contando sus debilidades, es difícil establecer un vencedor claro. La diferencia es mínima, por medio punto. ¿Cuál crees que ganará? Sigue leyendo…
Valoración general
No puedo hablar de un ganador y un perdedor, ya que no hay grandes diferencias. Los criterios personales pesan mucho en una decisión así, donde los dos modelos tienen muchas similitudes y hablamos de precio y comportamiento muy parecido.
En mi opinión, el C5 queda ligeramente por encima, valorando por encima del empate las innovaciones en seguridad que el Laguna no tiene, el confort que ofrece a todos los pasajeros aunque sean altos y el volumen superior de carga. Sí, es más caro aun con descuento, pero hay que verlo desde una perspectiva general. Luego puede ayudar en la decisión la estética o el comportamiento deseado en marcha. Eso ya no es cosa mía.
Ahora bien, conviene considerar si realmente 173 CV nos hacen falta o si las motorizaciones diesel de 136/150 CV, inmediatamente inferiores, son las que necesitamos. Recomiendo elegir las motorizaciones medias, por que las básicas van un poco justas y las analizadas tal vez sean superiores a nuestras necesidades reales.
En pocas palabras
Renault Laguna
A favor: Terminación aparentemente mejor, rendimiento del motor, empuje a altas RPM, comportamiento en general, más económico
En contra: Control multimedia potencialmente distractor, habitabilidad en plazas traseras, respuesta a bajas RPM pobre
Puntuación final: 8/10
Citroën C5
A favor: Confort para todos los pasajeros, mayor volumen de carga, suspensión Hidractiva, DPF más longevo, equipamiento de seguridad superior
En contra: Falta limpialuneta trasero, concentración de botones en consola central, diseño de la pantalla, agarre en determinadas situaciones
Puntuación final: 8,5/10
Ficha técnica
Renault Laguna 2.0 dCi 175 (berlina/familiar)
Cilindrada: 1.995 cm³
Motor: 4 cilindros transversales (175 CV)
Par máximo: 360 Nm CEE a 1.750 RPM
Peso tara: 1.430 / 1.465 Kg.
Velocidad máxima: 225 / 222 Km/h
Aceleración de 0 a 100 Km/h: 8,4 / 8,6 s
Transmisión: Manual de 6 velocidades
Consumo urbano: 7,9 / 8 l/100 Km
Consumo extraurbano: 5 / 5,2 l/100 Km
Consumo mixto: 6 / 6,2 l/100 Km
Combustible: Gasóleo
Capacidad del depósito: 68 litros
Capacidad del maletero: 430 / 475 litros – 1.340 / 1.515 litros (asientos abatidos)
Neumáticos: 205/55 R 16 – 6,5 J 16”
Citroën C5 2.2 HDi 173 (berlina/familiar)
Cilindrada: 2.179 cm³
Motor: 4 cilindros transversales (173 CV)
Par máximo: 370 Nm CEE a 1.500 RPM
Peso en orden de marcha: 1.651 / 1.685 Kg.
Velocidad máxima: 222 / 217 Km/h
Aceleración de 0 a 100 Km/h: 8,5 / 8,7 s
Transmisión: Manual de 6 velocidades
Consumo urbano: 8,1 / 8,2 l/100 Km
Consumo extraurbano: 5,0 / 5,1 l/100 Km
Consumo mixto: 6,1 / 6,2 l/100 Km
Combustible: Gasóleo
Capacidad del depósito: 67 litros
Capacidad del maletero: 471 / 563 litros – 1.249 / 1.658 litros (asientos abatidos)
Neumáticos: 215/55 R16
Precios
Versiones probadas
Renault Laguna Grand Tour 2.0 dCi 175 Privilege: 27.840 €
Citroën C5 2.2 HDi 173 Exclusive: 28.897€
A continuación, las posibilidades más cercanas con motor de gasolina.
Alternativas en gasolina
Renault Laguna Grand Tour 2.0 T 16v (170 CV) Privilege: 25.500 €
Citroën C5 2.0i 16v (143 CV) Exclusive: 24.857 €
Citroën C5 3.0i V6 (210 CV) C.A.S. Exclusive: 32.157 €